Placeres Serigráficos
A veces cuando camino hacia el trabajo, mirando al suelo como todos los que acaban de salir de la estacion de metro, preocupada por si lloverá o por si llegaré tarde... y por el número de emails que me esperan en la bandeja de entrada, incrementando mi alergia al ordenador, me tropiezo con una de mis obras de artes favoritas... Las placenteras serigrafías de "Timorous Beasties" que la Fundación Wellcome exhibe.
Tras varios cursos de grabado calcográfico, compartiendo taller con los de serigrafía (esos incomprendidos que lo tienen fácil porque sólo han de repetir un diseño varias veces, en vez de dejarse los dedos en hacer varios dibujos para una sola plancha...), siempre me he preguntado qué uso se le puede dar a eso de la repetición de motivos... aparte de lo de hacer diseños para cortinas.
Estas serigrafías de la Fundación Wellcome confirman mis dudas; que una serigrafia puede utilizar los materiales más simples, la repetición de elementos mas banales, y el lugar menos artístico (estamos hablando de la calle, esa sala de arte contemporáneo tan olvidada por el viandante), para generar espacios de arte hermosos, gratificantes y placenteros.
Cada vez que paso ante estas ventanas me paro un momento y descubro un nuevo agentes infeccioso, una rata, un mosquito, una jeringuilla infectada... todos ellos parte del mosaico serigráfico, que nos ofrece la fundación farmacéutica como obra de arte desnuda y franca. Sonrio, y sigo caminando, que al fin y al cabo, una no puede decir que llego tarde por una obra de arte...
Estas serigrafías de la Fundación Wellcome confirman mis dudas; que una serigrafia puede utilizar los materiales más simples, la repetición de elementos mas banales, y el lugar menos artístico (estamos hablando de la calle, esa sala de arte contemporáneo tan olvidada por el viandante), para generar espacios de arte hermosos, gratificantes y placenteros.
Cada vez que paso ante estas ventanas me paro un momento y descubro un nuevo agentes infeccioso, una rata, un mosquito, una jeringuilla infectada... todos ellos parte del mosaico serigráfico, que nos ofrece la fundación farmacéutica como obra de arte desnuda y franca. Sonrio, y sigo caminando, que al fin y al cabo, una no puede decir que llego tarde por una obra de arte...